La anatomía del nervio vestibular

El nervio vestibular es un par de nervios ubicado en cada oído interno. Transmite información sobre la posición del cuerpo y la aceleración al cerebro.

El nervio vestibular, ubicado en cada oído interno, es esencial para regular el equilibrio y detectar el movimiento del cuerpo. Este par de nervios es parte de la vía que conecta las fibras sensoriales en el aparato vestibular, tres estructuras diminutas llamadas canales semicirculares, más el sáculo y el utrículo con el tronco del encéfalo (cerebelo).

Junto con el nervio coclear, que participa en la audición, es una rama del nervio vestibulococlear y una parte esencial del sistema vestibular.

Dado este papel crítico, daño al nervio vestibular, como en la enfermedad de Mnires, neuritis vestibular, encefalitis. y algunas otras afecciones provocan vértigo, movimientos oculares involuntarios e incapacidad para mantener la postura, entre otros problemas.

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Anatomía

Estructura y ubicación

Uno de los 12 pares de nervios craneales, el nervio vestibulococlear, del cual el nervio vestibular es una rama, emerge de la protuberancia y la médula, dos partes del tronco del encéfalo.

Viajando hacia la parte frontal del cuerpo a lo largo de un canal en el hueso temporal, un hueso emparejado a cada lado del cráneo, pasa a través de una unión llamada cisterna pontocerebelosa hacia el oído interno. Es aquí donde el nervio vestibulococlear se divide en el nervio coclear (involucrado en la audición) y el nervio vestibular.

El nervio vestibular conecta un haz de nervios en el oído interno llamado ganglio vestibular con cuatro áreas diferenciadas en el tronco del encéfalo: los núcleos vestibulares superior, lateral, inferior y medial.

Este haz de nervios ayuda a procesar la señalización directa de los canales semicirculares, el utrículo y el sáculo, estructuras que forman lo que se llama el laberinto óseo del oído interno.

La anatomía del nervio vestibular se puede dividir en tres componentes interconectados:

  • División superior: la más superior de las ramas que emana del ganglio vestibular, esta división transmite información de los canales semicirculares anterior y lateral, así como del utrículo. Termina en los núcleos vestibulares superior y lateral.
  • División inferior: conectada a los núcleos vestibulares inferior y medial, la división inferior transmite información desde el sáculo y el canal semicircular posterior.
  • División periférica: al recopilar información de la parte inferior del canal semicircular, esta división pasa al cerebro a través de un pequeño canal en el hueso temporal llamado foramen singular.

Variaciones anatómicas

La estructura del nervio vestibular es relativamente consistente y no hay variaciones normales en su curso. Sin embargo, su estructura puede verse afectada cuando partes del nervio vestibulococlear están malformadas al nacer. Estos defectos congénitos incluyen:

  • Aplasia de Michael: esta rara anomalía genética conduce a una ausencia o un subdesarrollo severo de estructuras en el oído interno. En algunos de estos casos, el nervio vestibular, entre otros, está ausente.
  • Cavidad común: en los casos de este defecto congénito, la cóclea y el vestíbulo (la porción central del laberinto óseo, que contiene el utrículo y el sáculo) son indiferenciados.
  • Canales semicirculares anormales: también puede ocurrir un sobredesarrollo o subdesarrollo de los canales semicirculares, aunque raramente. Más raros aún son los que nacen con canales semicirculares ausentes.

Función

Función sensorial

Dado su papel en el procesamiento de información sobre la posición, la postura y el movimiento del cuerpo, el nervio vestibular se asocia principalmente con su función sensorial. El sáculo, el utrículo y los canales semicirculares que componen el aparato vestibular proporcionan diferentes tipos de información a este nervio. Aquí hay un desglose rápido:

Posición de la cabeza

Ubicado justo detrás de los canales semicirculares en el oído interno, el sáculo es un pequeño saco lleno de líquido y cristales de calcio. También tiene pelos vestibulares, que son fibras nerviosas conectadas al nervio vestibular.

El fluido actúa como una especie de nivel, permaneciendo paralelo al suelo a medida que la cabeza cambia de posición y los pelos se estimulan en consecuencia. El sáculo trabaja para detectar la posición vertical de la cabeza.

Orientación e inclinación

Desde los pelos vestibulares en el utrículo, el otro saco lleno de líquido del vestíbulo, el nervio vestibular transmite información sobre la orientación e inclinación de la cabeza hacia el tronco del encéfalo. De manera similar al sáculo, este órgano es sensible a los movimientos horizontales.

Rotaciones de cabeza

Los tres canales semicirculares, justo encima del vestíbulo, pueden detectar la rotación, ya sea en respuesta a su propio movimiento o al movimiento externo (como en un automóvil o una montaña rusa). Consisten en tres conductos llenos de líquido alineados en ángulo recto entre sí.

Los pelos vestibulares dentro de ellos se estimulan a medida que la cabeza cambia de posición y el líquido se mueve en respuesta. Esta señal luego se transmite al tronco encefálico a lo largo del nervio vestibular.

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Función motora

Dado que el nervio vestibular procesa información sobre la posición del cuerpo y el sentido del movimiento, también ayuda a coordinar algunos aspectos del movimiento del cuerpo. Aquí hay un desglose rápido:

  • Regulación de los movimientos oculares: los núcleos medial del nervio vestibular en la protuberancia y la médula del tronco encefálico se conectan a los nervios que regulan el movimiento del ojo. La información sobre la posición y el ángulo de la cabeza, así como el movimiento, se utiliza para permitir movimientos oculares coordinados. De esta forma podrá mantener una mirada fija mientras mueve la cabeza.
  • Mantener la postura: en el tronco del encéfalo, el nervio vestibular también se conecta con los que regulan los músculos de la espalda y el cuello para mantener la postura. Este sistema también participa en el procesamiento rápido de información espacial y de posición corporal para ayudar a mantener el equilibrio y garantizar que el cuerpo se mueva correctamente en el espacio.

Condiciones asociadas

El daño al nervio vestibular puede tener serias implicaciones, dado su papel central en la detección del espacio y la posición del cuerpo. En gran medida, este impacto se experimenta como vértigo (una sensación de balanceo), mareos, náuseas y vómitos. Las condiciones asociadas con el daño del nervio vestibular incluyen:

  • Nistagmo: este es un trastorno del movimiento ocular, en el que los movimientos oculares son espasmódicos e inestables; pueden ser lentos en una dirección, pero rápidos en la dirección opuesta y tienden a saltar. Esto puede provocar problemas de visión y mareos.
  • Neuritis vestibular: la inflamación del nervio vestibulococlear puede provocar la aparición de esta afección, caracterizada por vértigo severo, giro, mareos, pérdida del equilibrio, náuseas y vómitos. Se desconocen las causas exactas de esta condición; sin embargo, puede estar relacionado con infecciones virales, como varicela, herpes zóster, sarampión, hepatitis y poliomielitis, entre otras.
  • Enfermedad de Mnire: la acumulación excesiva de líquido en el laberinto, del cual forma parte el aparato vestibular, puede provocar vértigo severo, mareos, tinnitus (zumbidos en los oídos) y pérdida de audición. Se desconocen las causas exactas. Algunos creen que esta condición surge debido a trastornos autoinmunes o infecciones virales previas, mientras que otros especulan que tiene que ver con constricciones en el suministro de sangre.
  • Encefalitis: una inflamación de los tejidos del cerebro, la encefalitis puede causar una disfunción grave en el sistema vestibular. Los síntomas son graves e incluyen fiebre alta, trastornos del movimiento, rigidez del cuello, sensibilidad a la luz y al sonido, y muchos otros. Esta afección se debe a un trastorno autoinmune o como resultado de infecciones virales, como Occidente
  • Ototoxicidad: un efecto secundario no intencionado de algunos medicamentos, la otoxicidad se caracteriza por pérdida de audición (cuando afecta el nervio coclear) y mareos intensos (cuando golpea el nervio vestibular). Aunque muchos medicamentos pueden potencialmente desencadenarlo, con mayor frecuencia se asocia con ciertos tipos de antibióticos, así como con algunos tipos de quimioterapia.

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Rehabilitación

El tratamiento de las afecciones asociadas con el daño del nervio vestibular tiende a enfatizar el manejo de los síntomas, así como las afecciones subyacentes que los causaron. Los problemas con el movimiento de los ojos, como en el nistagmo, generalmente se tratan con anteojos o lentes de contacto, aunque algunos pueden someterse a cirugía en los músculos oculares.

También hay una variedad de enfoques para controlar médicamente los mareos y el vértigo asociados con los problemas del nervio vestibular. Éstas incluyen:

  • Se pueden recetar medicamentos, como Bonine (meclizinee), Valium (diazepam), Cuvposa o Robinul (glycopyrrol) y Ativan (lorazepam).
  • Se sabe que los cambios en la dieta, como limitar la ingesta de sal y tomar diuréticos, ayudan.
  • Las inyecciones de antibióticos de gentamicina en el oído medio ayudan a reducir el vértigo, aunque existe el riesgo de pérdida de audición asociada. Algunos médicos usan corticosteroides en lugar de antibióticos.
  • La cirugía suele ser un último recurso; sin embargo, algunos procedimientos pueden apuntar e intentar reparar el nervio vestibular.
  • La terapia de pulso de presión implica el uso de un dispositivo más nuevo aprobado por la FDA que usa la presión del aire para influir en los niveles de líquido en el oído interno.
  • Se pueden recetar medicamentos antivirales, si la causa subyacente es viral.
  • Los enfoques de fisioterapia, como la terapia del equilibrio, pueden ayudar al sistema vestibular y al cerebro a desarrollar nuevas vías y recuperar el equilibrio.