Un ataque cardíaco, o infarto de miocardio, ocurre cuando una placa aterosclerótica en una arteria coronaria se rompe repentinamente. La ruptura de la placa activa el mecanismo de coagulación dentro de la arteria, lo que hace que se forme un coágulo de sangre y bloquee el flujo sanguíneo. Si el bloqueo es lo suficientemente grave, el músculo cardíaco suministrado por esa arteria comienza a morir y se produce un ataque cardíaco.
Los síntomas clásicos de un ataque cardíaco incluyen dolor en el pecho, dificultad para respirar y mayor ansiedad, aunque algunas personas pueden experimentar un conjunto diferente de síntomas. Un ataque cardíaco es una emergencia potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata.