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Basófilos y su papel en el asma

Los basófilos son glóbulos blancos especializados cuyas muchas funciones son la producción de histamina. Aprenda el papel que juegan los basófilos en el asma

Los basófilos son uno de los tipos menos comunes de glóbulos blancos que forman parte de nuestro sistema inmunológico. Representan solo alrededor del uno por ciento de los glóbulos blancos, pero juegan un papel central en la defensa de primera línea del cuerpo.

Los basófilos realizan una serie de funciones importantes. Produjeron heparina que evita que la sangre se coagule demasiado rápido y puede "comer" parásitos a través de un proceso llamado fagocitosis. Pero quizás el papel más importante que desempeñan es en ciertas reacciones inflamatorias, particularmente las que involucran alergias.

Basófilos y alergias

Los basófilos son parte del sistema inmunológico innato que desencadena una reacción no específica a cualquier cosa que el cuerpo considere dañino. A diferencia de la inmunidad adaptativa, que provoca una respuesta dirigida, la inmunidad innata da como resultado un ataque generalizado. Cuando esto sucede, el cuerpo puede experimentar inflamación, una forma de autoprotección que a menudo se manifiesta con hinchazón, dolor, fiebre y fatiga.

Además de esto, los basófilos producen una sustancia llamada histamina que hace que los vasos sanguíneos se dilaten para permitir que las células inmunes defensivas se acerquen al sitio de la infección.

Pero este no es el único momento en que se producen histaminas. Cuando el cuerpo está expuesto a ciertos alérgenos, el sistema inmunológico puede "responder en exceso" y desencadenar la liberación de histaminas, lo que provoca la inflamación, los estornudos y los problemas respiratorios que asociamos con las alergias.

Asociación entre basófilos y síntomas de asma

La cantidad de basófilos en la sangre puede variar. Cuando los números son demasiado bajos, decimos que la persona tiene basopenia. Cuando está demasiado alto, la persona tiene basofilia. La basofilia es de particular interés para las personas con asma, ya que un aumento en el número de basófilos puede traducirse en una mayor producción de histaminas.

Por lo general, la basofilia es poco común, pero puede ocurrir en personas con ciertas infecciones bacterianas o virales, diabetes, artritis reumatoide, eccema o hipotiroidismo. En virtud del aumento del número de células, la basofilia puede estar asociada con el empeoramiento de los síntomas en personas con asma. Estos pueden incluir:

  • Inflamación severa de los pulmones.
  • Estrechamiento de las vías respiratorias (broncoconstricción), lo que resulta en sibilancias, opresión en el pecho y dificultad para respirar
  • Producción excesiva de moco, que causa tos y obstrucción respiratoria.

La basofilia también se observa comúnmente en enfermedades como la dermatitis atópica, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la anemia hemolítica, la leucemia mielógena crónica y la enfermedad de Hodgkin.

Papel en el manejo del asma

Si bien no está claro qué papel, si lo hay, puede tener la prueba clínica de basófilos (BAT) en el diagnóstico o tratamiento del asma. Sin embargo, sí destaca la necesidad de realizar más investigaciones para comprender los mecanismos moleculares del asma y las alergias. Al hacerlo, se pueden desarrollar nuevos tratamientos y terapias de apoyo (incluidos los medios para moderar la respuesta basófilo-histamina).

Lo que sí sabemos es esto: con el tratamiento adecuado y el control regular de la salud de una persona, los síntomas progresivos del asma pueden minimizarse o prevenirse. Por el contrario, el asma mal controlada (causada por una dosificación inadecuada o una mala adherencia al tratamiento) puede provocar un daño pulmonar permanente e incluso debilitante.

Al final, la mejor manera de maximizar la terapia del asma es mantener una buena salud, y eso incluye visitas regulares a su médico.

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