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Cuando el líquido peritoneal se convierte en ascitis en pacientes con hepatitis

El líquido peritoneal puede acumularse en el abdomen de pacientes con hepatitis B en una condición conocida como ascitis. Conozca sus síntomas y tratamiento.

El líquido peritoneal es un líquido lubricante normal que se encuentra en la cavidad peritoneal, el espacio entre las capas de tejido que recubren la pared del abdomen y los órganos abdominales (como el hígado, el bazo, la vesícula biliar y el estómago). El líquido es principalmente agua con electrolitos, anticuerpos, glóbulos blancos y otros bioquímicos.

Imágenes de Axel Bueckert / Getty

El propósito del líquido peritoneal

La función principal del líquido peritoneal es reducir la fricción entre los órganos abdominales a medida que se mueven durante la digestión. En una persona sana, normalmente hay una pequeña cantidad de líquido peritoneal presente en la cavidad peritoneal. Sin embargo, algunos problemas en el cuerpo pueden hacer que se acumule un exceso de líquido en la cavidad. Este líquido se llama líquido ascítico y conduce a la ascitis, una de las complicaciones de la cirrosis.

¿Cómo se desarrolla la ascitis?

La ascitis es más común en pacientes que padecen enfermedades que afectan al hígado. El daño al hígado puede causar presión arterial alta en las venas que llevan sangre al hígado, una condición conocida como hipertensión portal. Sin embargo, muchos otros trastornos también pueden causar ascitis, como cáncer, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, inflamación del páncreas (pancreatitis) y tuberculosis que afecta el revestimiento del abdomen.

Síntomas

Cuando la afección es leve, es posible que no haya síntomas perceptibles. Sin embargo, cuando hay cantidades moderadas de líquido en el abdomen, una persona puede notar que el tamaño de su cintura ha aumentado y puede haber aumentado de peso. Cantidades mayores causan aún más síntomas, como hinchazón del abdomen y malestar. En estas pacientes, el abdomen puede sentirse tenso y estirado, como en un embarazo, y el ombligo puede comenzar a sobresalir.

Cuando la ascitis alcanza un nivel avanzado, la hinchazón en el abdomen ejerce presión sobre el estómago, lo que puede provocar la pérdida del apetito, así como los pulmones, lo que puede provocar dificultad para respirar. Algunos pacientes también notan hinchazón en otras áreas del cuerpo, como el

Una complicación de la ascitis, la peritonitis bacteriana, es una infección que puede causar malestar y sensibilidad abdominal, así como fiebre y malestar general. Se puede desarrollar confusión, desorientación y somnolencia y, si no se trata, esta afección puede ser fatal.

Diagnóstico

Por lo general, un historial y un examen físico realizados por su médico serán suficientes para levantar sospechas de ascitis. Para confirmar el diagnóstico, se puede solicitar una ecografía o una tomografía computarizada. Y se puede analizar una pequeña muestra de líquido ascítico retirándola a través de una aguja que se inserta en la pared del abdomen. Este procedimiento se llama paracentesis diagnóstica.

Tratamiento

El tratamiento de la ascitis comienza con una dieta baja en sodio y reposo en cama. Cuando esas estrategias no son suficientes, un médico puede recetar el uso de diuréticos para ayudar a los riñones a excretar más sodio y agua en la orina.

Para los pacientes que experimentan un malestar significativo o aquellos que no pueden respirar o comer sin dificultad, se puede extraer líquido mediante un procedimiento llamado paracentesis terapéutica, en el que se inserta una aguja en el abdomen. En casos raros, se realiza una cirugía para desviar el flujo sanguíneo mediante una derivación y, en los casos más raros, se realiza un trasplante de hígado.

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