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Ayudar a los niños con aversiones a las texturas de los alimentos

Si su hijo rechaza los alimentos con cierta textura (es decir, crujientes o viscosos), ¿es simplemente quisquilloso para comer o podría tener un trastorno del procesamiento sensorial?

Su niño pequeño solo comerá alimentos hechos puré. Su hijo solo comerá alimentos crujientes como pretzels duros, apio y papas fritas. Su hija dice que cualquier alimento más húmedo que una galleta es "viscoso".

Es posible que sus hijos sean quisquillosos con la comida, pero su aversión a la comida podría apuntar a un problema médico oculto.

Sí, en algunos casos esto puede ser una comida delicada (muchos de nosotros tenemos preferencias alimentarias, y mezclarlas en una relación entre niños pequeños y padres es una receta fácil para las luchas de poder).

Sin embargo, si su hijo se limita exclusivamente a ciertas texturas de los alimentos y se niega a comer otras, puede ser un signo de un trastorno del procesamiento sensorial (SPD).

Su pediatra puede ayudarlo a determinar si un comensal muy quisquilloso debe ser evaluado para la afección.

Conceptos básicos de SPD

El trastorno del procesamiento sensorial es una condición que lo lleva a reaccionar de manera exagerada a los estímulos en su entorno. Los estímulos pueden involucrar cualquiera de sus cinco sentidos, incluidos el gusto, el olfato, el tacto, la vista y el oído.

Cuando un niño (o un adulto) tiene SPD, puede parecer que tienen reacciones desmesuradas a lo que consideraría entradas "normales" a sus cinco sentidos.

Por ejemplo, muchas personas con trastornos del procesamiento sensorial no pueden manejar ruidos fuertes, como truenos o fuegos artificiales.

Los investigadores creen que el problema en el SPD implica diferencias en la forma en que el cerebro maneja las entradas sensoriales. Estas entradas, en algunas personas, sobrecargan sus cerebros y provocan reacciones exageradas a las vistas, los gustos, los olores y las sensaciones "normales".

SPD y alimentos

Los niños con trastorno del procesamiento sensorial tienen dificultades para entender la información sensorial que recopila su cuerpo. Esto dificulta o imposibilita que el niño responda con normalidad a estímulos externos, como alimentos con una textura particular.

En la práctica, estos niños pueden tener arcadas si se les obliga a comer alimentos con la textura problemática, y es probable que los rechacen si pueden. La textura que desencadena esta aversión podría ser crujiente, viscosa, casi líquida o algo más.

El SPD puede causar una variedad de otros síntomas.

Algunos niños pueden responder en exceso:

  • Reacio a ser tocado
  • Atormentado por etiquetas en la ropa

  • Ajeno al dolor
  • Buscando constantemente más información sensorial
  • Prefiere alimentos muy calientes, muy fríos, muy crujientes o difíciles de masticar

El tratamiento del SPD incluye terapia física y ocupacional que eventualmente debería ayudar a su hijo a acostumbrarse a más texturas y tipos de alimentos.

Un terapeuta ocupacional capacitado puede evaluar el procesamiento sensorial de su hijo y determinar si la aversión a la textura de los alimentos se debe a la afección.

Otros posibles problemas de textura

No todos los niños que tienen aversión a una textura de alimentos en particular tienen un trastorno del procesamiento sensorial.

Por ejemplo, si su hijo solo come alimentos blandos, es posible que tenga dificultades para masticar y tragar otros alimentos.

Esto puede deberse a problemas dentales como caries no tratadas, dolor en la boca o garganta, falta de control muscular o una diferencia física en la estructura de la boca que dificulta la masticación y la deglución.

Un niño que siempre ha tenido dolor cree que el dolor es un estado normal del ser y probablemente no describirá los sentimientos de dolor al comer.

También vale la pena señalar que las alergias alimentarias pueden ser una posible causa de aversión a los alimentos. En algunos casos, un niño puede negarse a comer un determinado alimento (huevos, por ejemplo), debido a una alergia subyacente que aún no se ha diagnosticado. Es posible que incluso un sabor diminuto pueda causar una reacción leve y reacciones más graves pueden ocurrir con la exposición continua.

Los niños con autismo a menudo tienen rituales rígidos en torno a las comidas que pueden incluir negarse a comer ciertas texturas, sabores o temperaturas de los alimentos. También es más probable que tengan un trastorno del procesamiento sensorial. Las dos condiciones están separadas pero vinculadas.

Una palabra de Verywell

Si su hijo ha sido diagnosticado con un trastorno del procesamiento sensorial, trabaje con un terapeuta para expandir gradualmente su dieta. Si su hijo prefiere mucho un tipo de comida, por ejemplo, comida crujiente, vea si aceptará diferentes tipos de comida crujiente para ampliar su ingesta dietética.

Si realiza pequeños cambios continuamente, es posible que pueda ampliar el universo de alimentos que comerá su hijo. En algunos casos, sin embargo, es posible que deba considerar un programa de alimentación más intensivo (a veces en el hospital).

Además, recuerde que comer quisquilloso puede indicar una variedad de problemas médicos más allá del SPD. Por ejemplo, algunos niños se atragantan con los alimentos sólidos, mientras que otros niños no quieren comer nada en absoluto.

Si no está seguro del diagnóstico de su hijo o tiene preguntas sobre el tratamiento, hable con el pediatra de su hijo.

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